PARADA MILITAR BICENTENARIO EJERCITO DE CHILE 2010

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BICENTENNIAL MILITARY ARMY OF CHILE 2010

REPORTAJES ESPECIALES E INFORMACIÓN ADICIONAL

domingo, 20 de septiembre de 2009

LA BAJADA DEL ESCUDO ANTI MISILES EN EUROPA Y SU LAZO EN LA GEOPOLITICA LATINO AMERICA

Desde los primeros días de su gobierno, el presidente estadounidense Barack Obama dijo, a manera de metáfora, que su gobierno quería "reiniciar" las relaciones con Rusia, maltrechas tras los ocho años de George W. Bush. En marzo, la jefe de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton, incluso obsequió a su colega ruso Sergei Lavrov un pequeño botón rojo para simbolizar esa intención. Pero el jueves pasado Obama dio un paso decisivo hacia ese propósito cuando anunció que cancela el polémico escudo antimisiles que Bush planeaba instalar en Europa del Este a pesar de las protestas de Moscú. La arriesgada apuesta de Obama, a la espera de sus resultados, podría alterar significativamente el tablero geopolítico mundial.
Desde el principio, el plan para desplegar 10 interceptores de misiles en Polonia y los radares del sistema en República Checa fue controvertido. Oficialmente se trataba de un seguro para defender a Europa de los cohetes de largo alcance de países extracontinentales, el eufemismo para decir Irán. Pero Rusia lo sentía como una amenaza directa, era resistido por muchos sectores en los propios países donde sería instalado y ni siquiera había certeza sobre la tecnología que iba a emplear, pues nunca había sido probada. En palabras de un ex asesor de seguridad nacional de la administración Carter, era "un proyecto que no funciona, contra una amenaza que no existe, en países que no lo quieren". En un mundo en reacomodo, con una Rusia renaciente y envalentonada que no está dispuesta a que sus intereses sean ignorados, las relaciones entre Occidente y el Kremlin se han venido deteriorando en los últimos años. La lista de desencuentros es extensa e incluye, entre otros, la interrupción de suministro de gas a Ucrania, que afectó a media Europa, y la intervención militar rusa en Georgia. Dos países que eran parte de la extinta Unión Soviética pero que han elegido gobiernos prooccidentales y aspiran a ingresar a la Otan, algo que Rusia considera inaceptable. El famoso escudo ciertamente no era la única fuente de tensiones, pero sí la más importante. A fin de cuentas, se iba a instalar en Polonia y República Checa, dos países que pertenecían a la otrora órbita soviética que Moscú todavía considera su área de influencia. El Kremlin incluso como respuesta amenazó con desplegar sus propios misiles en Kaliningrado, un enclave ruso entre Polonia y Lituania, en medio del territorio de la Unión Europea.
Obama argumentó motivos prácticos para desechar el programa de Bush. Informes de la inteligencia estadounidense aseguran que el desarrollo iraní de misiles de largo alcance, el motivo original del escudo, está estancado, mientras que el de misiles de corto y mediano alcance avanza a pasos agigantados. El proyecto, entonces, será sustituido por una alternativa más modesta y, según el Presidente, más eficaz para prevenir la actual tecnología de misiles iraníes. Los primeros sistemas de interceptación, mucho más sencillos, serán emplazados en buques. Se trata, después de la retirada de Irak y el cierre de Guantánamo, del tercer gran anuncio de Obama destinado a corregir la política exterior de su antecesor. "Esta nueva arquitectura de misiles en Europa proveerá una defensa más fuerte, más inteligente y más ágil a las fuerzas norteamericanas y a los aliados de Estados Unidos. Es más amplia que el programa anterior y utiliza recursos que ya han sido probados", aseguró Obama. También, en tiempos de crisis económica, es mucho más barata. Pero más allá de los argumentos técnicos, la decisión es un guiño a Moscú. En el Kremlin, como es apenas obvio, la decisión fue bienvenida y el primer ministro, Vladimir Putin, la calificó como "acertada, justa y valiente". Y en cualquier caso, la movida traerá consecuencias políticas de gran calado. Para empezar, la decisión podría marcar el fin del acercamiento de Washington con Europa del Este, precisamente el mayor irritante para Moscú.
En Polonia y República Checa, más que la amenaza iraní, preocupa la agresividad rusa, y probablemente se sientan abandonados por el nuevo escenario. Aparentemente, Washington está dispuesta a pagar ese precio a cambio de obtener una mayor colaboración rusa en tres temas clave: la reducción mutua de arsenales atómicos, Afganistán e Irak. Los dos últimos son los frentes más apremiantes de la política exterior estadounidense. En Afganistán, etiquetado como "el Vietnam de Obama", muchos analistas han señalado la urgencia de una aproximación más regional. Rusia ya permite el paso limitado de material militar estadounidense por su territorio destinado a la guerra en Afganistán, pero podría involucrarse más. Pero el mayor giro podría llegar con el programa nuclear de Irán. En el marco de las Naciones Unidas, Rusia con asiento permanente en el Consejo de Seguridad, se ha mostrado reticente a apoyar sanciones más duras contra el régimen iraní. Sin el obstáculo del escudo antimisiles es posible que Moscú sea más receptivo a las iniciativas estadounidenses en ese sentido. No en vano Obama hizo el anuncio en vísperas de dos importantes citas: la cumbre del G-20, donde se encontrará con el presidente ruso, Dimitri Medvédev, y la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde se discutirá el programa nuclear iraní. Las consecuencias de una nueva relación entre Washington y Moscú podría tener coletazos en muchos lugares, incluso en Latinoamérica. Existe la percepción de que lo que ha motivado a Rusia a buscar alianzas con Venezuela, a la que convirtió en cliente privilegiado de su armamento, es hacerle contrapeso a la incursión de Estados Unidos en su área de infuencia. Al fin y al cabo, las revoluciones de colores que llevaron al poder en Ucrania y Georgia a gobiernos cercanos a Washington son vistas en Moscú como operaciones de la CIA, dirigidas a establecer una cabeza de playa en áreas de importancia estratégica para Rusia. Aunque poco se mencione, las concesiones de Obama en el patio trasero de Moscú podrían eventualmente llevar a una cortesía semejante del Kremlin en el de Washington. Sin embargo, nada garantiza esa respuesta. Los rusos podrían interpretar la movida de Obama como un gesto de debilidad y concluir que la mano dura les está rindiendo réditos. Como afirmaba el editorial de The New York Times, cuando Obama se encuentre con Medvédev, "debe dejar claro que esta decisión no es un pago por el matoneo ruso y que una relación mejorada dependerá de la voluntad rusa para tratar mejor a sus vecinos y su gente". Pero quizás el frente más riesgoso para Obama es la política interna. El senador republicano John McCain, perdedor de las presidenciales, ya dejó saber su opinión: "Se trata de una mala decisión sin paliativos. Rusia e Irán son los grandes ganadores. Creo que es un mal día para la seguridad nacional de Estados Unidos". "En estos días es mejor ser adversario de Estados Unidos que ser su amigo", sentenciaba el viernes un editorial de The Wall Street Journal. Así tenga el apoyo unánime de los expertos militares, la oposición de derecha lo acusará de debilitar a su país. En campaña, Obama prometió hasta la saciedad el regreso de la diplomacia. Está por verse si esa estrategia rendirá sus frutos o se convertirá en la munición de sus adversarios en un mundo cada vez más peligroso.

COLOMBIA DESESTIMA A THALES ALENIA PARA DESARROLLAR SATELITE MILITAR

Acaba de ser aplazada la licitación internacional que el Ministerio de Comunicaciones de Colombia abrió para el proyecto del satélite colombiano, Satcol. Una de las razones que llevó al gobierno a reconsiderar la propuesta es que tendía a favorecer a dos firmas francesas con contratos que despiertan sospechas en ciertos sectores de la seguridad nacional del país. Thales Alenia obtuvo en 2007 un contrato para lanzar el satélite de los países del norte de África financiado por Libia, y Eads Astrium se vio involucrada en un escándalo por un contrato de venta de armas al gobierno de Muammar Gaddafi. La cercanía de esas empresas francesas con Libia, y la de Libia con el gobierno de Hugo Chávez, encendieron las alarmas en el gobierno colombiano. Entre otras, porque el satélite manejará comunicaciones de las Fuerzas Armadas.

LAS CLAVES PARA ENTENDER LA CRISIS REGIONAL LATINO AMERICANA

Con el sarcasmo que lo caracteriza, Hugo Chávez dijo hace pocas semanas que haría su "gira anual por el eje del mal". Efectivamente su periplo empezó en Libia, donde Muammar Gaddafi lo condecoró y Chávez no ahorró elogios al controvertido líder africano. Luego estrechó lazos con Argelia, Siria y Bielorrusia. Le alcanzó el tiempo para desfilar por las pasarelas del festival de Venecia, convertido en estrella de cine, gracias al documental Al sur de la frontera, de Oliver Stone.
Pero el caudillo popular que exalta Hollywood, no le pareció tan simpático a varios gobiernos cuando anunció en Rusia, días después, que haría una nueva compra de armas por 2.200 millones de dólares (que se suman a los 4.400 de hace tres años), esta vez de 92 tanques, 300 carros blindados y un número indeterminado de misiles antiaéreos y cohetes de gran alcance. Ni cuando en un claro desafío a la Corte Penal Internacional invitó al presidente de Sudán, Omar al Bashir -acusado de crímenes de guerra-, para que asista a la Isla Margarita a una cumbre que se realizará este mes. Tampoco tranquilizó su reunión con el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, con quien construirá una villa nuclear "para usos civiles", al diario Le Figaro declaro Chávez "Irán tiene derecho a desarrollar su energía nuclear como lo hacen Francia, numerosos países y, por qué no, Venezuela". Declaraciónes que contradicen las resoluciones de la ONU respecto a Irán.
Chávez siempre ha basado el discurso de su gobierno sobre la retórica de una supuesta invasión de Estados Unidos a su territorio vía Colombia. Y, a decir verdad, poca gente, incluido el gobierno de Washington se lo tomaba en serio. Lo veían más como una inteligente oratoria antiimperialista para cautivar las masas venezolanas que como una calculada estrategia que puede poner en peligro la estabilidad de la región, empezando por la de Colombia.
Pero las cosas están empezando a cambiar. "No queremos la guerra, la odiamos pero debemos prepararnos para ello. Estamos en el número uno de la lista. Venezuela. Somos el primer blanco del imperio, usando Colombia y las bases de Aruba y Curazao. Nos están rodeando", dijo Chávez recientemente en su programa de televisión.
Frases como esta generan inquietud, sobre todo porque el Presidente venezolano no sólo tiene la lengua larga para hablar sino que está dispuesto a llevar a cabo lo que dice. Muchas veces amenazó con disminuir las importaciones colombianas, y en los últimos meses se ha evidenciado un claro bloqueo a los empresarios de ese lado de la frontera. Aunque hace dos años dijo que movilizaría 10 batallones a la frontera y nadie se movió, los tanques que está adquiriendo le dan una nueva dimensión a esas amenazas. Y sus chistes sobre el 'eje del mal' han pasado a convertirse en millonarios negocios con Irán que incluyen un banco, varias fábricas, y un vuelo diario entre Caracas y Teherán.
Tampoco ha sido sólo retorica el respaldo que, por lo menos muchos de sus hombres cercanos, le han dado a las Farc desde el propio gobierno venezolano, usando recursos, dineros, instalaciones y personal gubernamental. El gobierno colombiano tiene evidencias de que desde hace varios años y aun hoy, personas destacadas, usando la estructura de gobierno del chavismo, han servido de puente para que la guerrilla adquiera armas, municiones, dinero, y otros recursos bélicos, como lanzacohetes.

Pero mientras Chávez se prepara para instalar sus lanzacohetes y plataformas antiaéreas "en las montañas, en los llanos, en las costas, bajo tierra, incluso", según dijo, convencido de que le vendrá un ataque desde el otro lado de la frontera, Colombia tiene un aparato militar diseñado para su guerra interna, dedicado a combatir a los actores armados y el narcotráfico. Colombia tiene unas Fuerzas Armadas 10 veces más numerosas que las de Venezuela, tiene cinco veces más helicópteros, pero sus aviones de combate no poseen la tecnología y capacidad de fuego que los de Chávez, no tiene tanques, ni misiles, ni sistemas antiaéreos.
Un cazabombardero Sukhoi de Chávez puede llegar a Bogotá en unos 20 minutos, lanzar misiles a tierra con sensores de alta precisión y volver a Caracas sin reabastecerse. Colombia tiene apenas Supertucanos, que son aviones antiguerrilla con poca autonomía y alcance, y los K-fir son cazas de generación anterior repotenciados. En cuanto a los tanques, que son vehículos de combate de gran capacidad destructora, si bien no pueden ser usados en las montañas, en zonas del llano y el desierto, como es parte de la frontera entre los dos países, sí resultan un arma muy peligrosa. Colombia no tiene ninguno porque toda su inversión se ha ido en helicópteros de combate y transporte, que es la urgencia de un conflicto interno. Y respecto a los cohetes y los misiles antiaéreos, si bien son armas defensivas, de alta tecnología y precisión, también son armas con las que se pueden atacar aeronaves y edificaciones, con alcance hasta de 300 kilómetros. Colombia tampoco tiene este tipo de armamento.
Por eso, la exorbitante compra de armas del Presidente de Venezuela y el agresivo discurso contra Colombia y su relación militar con Estados Unidos son por lo menos preocupantes.

Dada esta nueva e inquietante situación regional, el ministro colombiano de Defensa Gabriel Silva y su canciller Jaime Bermúdez intentaron la semana pasada en la cumbre de Unasur en Quito que los países de Sudamérica hablaran, no sólo sobre las bases militares en Colombia, sino sobre el creciente armamentismo en el continente. Pero no lo lograron.
Si bien el presidente peruano Alan García envió una carta al evento para alertar sobre el armamentismo, y formalmente se registró esto como una preocupación, en la práctica quedó claro que casi todos los países del área desconfían más de que haya tropas de Estados Unidos en la región, que de las extravagantes alianzas de Chávez con el mundo musulmán en temas nucleares o de las multimillonarias compras de armas en Rusia. Lo que puede explicarse fácilmente por que la mayoría de sus miembros vienen del mundo politico de izquierda anti-norteamericana. Precisamente quienes más se han opuesto en su discursos y asumido posturas abiertamente beligerantes por la presencia norteamericana en bases colombianas, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Argentina, son quienes han abrazado ideologías de corte populista con fuerte acento en la nacionalización de recursos estratégicos, promulgación de leyes coartando las libertades de prensa e implementando la aplicación de políticas socialistas en sectores como economía y educación. Salvo el caso de Brasil, Perú y Chile, el resto de la región esta centrada en un marxismo americanista con fuertes reivindicaciones etno-nacional-socialistas.

EL CAMBIO DE EEUU EN LA EVALUACIÓN ESTRATÉGICA DE VENEZUELA
Obviamente, no pasa lo mismo en Washington. En la era de George W. Bush la doctrina frente a Chávez fue la de "dejar hablar al loco". Se le veía como un Presidente histriónico y tropical, que a pesar de su discurso antiyanqui, les vendía petróleo a todos. Pero esa percepción empieza a cambiar.
Por un lado, por la compra de armas de carácter ofensivo a Rusia. Al respecto, la propia secretaria de Estado, Hillary Clinton, le pidió transparencia a Chávez sobre las motivaciones de su armamentismo. Para nadie es un secreto que la Rusia de Putin busca recuperar su liderazgo militar, y que mientras Estados Unidos tenga presencia en algunas de las ex repúblicas soviéticas, Rusia responderá, mientras pueda, forjando alianzas con países de América Latina. Por eso la decisión del presidente de Estados Unidos Barack Obama de renunciar al escudo antimisiles en Europa del Este, puede terminar redundando a este lado del globo. Pero en Washington, más que Moscú, preocupa Irán y la creciente empatía entre dos líderes tan agresivos e impredecibles como Chávez y Ahmadinejad.
La revista The Economist destacó la semana pasada que Chávez "sueña con forjar un nuevo orden mundial" para lo cual ha profundizado su alianza con Irán. Por eso su octavo viaje a Teherán no arrancó precisamente sonrisas.
Según Rocío Sanmiguel, venezolana experta en temas de defensa, durante la reciente gira de Chávez los venezolanos se enteraron de que su gobierno ha firmado más de 500 acuerdos con ese país, y que nadie tiene ni idea de qué se tratan. "Continuamos dando pasos agigantados -yo diría peligrosos- en explorar la cooperación en materia nuclear con supuestos fines civiles", advirtió Sanmiguel en una columna de prensa.
FABRICAS DE ARMAMENTO IRANÍES EN VENEZUELA Y LA EVASIÓN DE LAS RESOLUCIONES DE LA ONU CONTRA IRÁN

El analista español Román Ortiz, en el periódico El Tiempo, destaca que han pasado inadvertidos varios hechos reveladores como que Irán ha iniciado la construcción de una fábrica de explosivos en Carabobo y que hace dos años "se descubrió que el consorcio iraní de exportación de armamento Moldex utilizó la empresa militar venezolana Cavim para vender 18.000 fusiles de asalto a Uruguay como si se fueran producidas por Caracas".
Pero más graves aún resultaron las denuncias que hizo el fiscal de Nueva York, Robert Morgenthau, en el Brooking Institute. Morgenthau asegura que su oficina ha comprobado que en zonas remotas de Venezuela han surgido fábricas controladas por el país de los ayatolas. Recordó que "en 2008 las autoridades turcas detuvieron una embarcación iraní con destino a Venezuela, después de descubrir un equipo de laboratorio capaz de producir explosivos, embalado dentro de 22 contenedores marcados como 'partes de tractores'".
No obstante, lo que más le preocupa, según analistas internacionales y el fiscal Morgenthau, es que Teherán esté usando en Venezuela, como ha usado en otros países, el sistema bancario para evadir las sanciones económicas y lavar dinero. A eso se sumó el anuncio que hizo Chávez de que producirá energía nuclear con Irán, un país que es visto con alarma por las potencias occidentales, no sólo por su programa nuclear, sancionado por la ONU, sino por su odio a Estados Unidos. Mismo odio enfermizo que demostrado tener el presidente venezolano.
Por eso en Washington el tono hacia Chávez ha cambiado. "Al principio se le tomaba como un cómico tropical, ahora se lo toma en serio porque lo importante no son sus palabras sino sus acciones, y estas ahora se igualaron a su retórica", dice Gabriel Marcella, profesor retirado de la United Status Army War College. Tanto el Washington Post como el New York Times han publicado sendos editoriales para pedirle al gobierno de Obama que observe con mayor cuidado lo que pasa en Caracas, en especial los apoyos que de allí se le dan a las Farc.

SITUACIÓN EN COLOMBIA
Diversos analistas coinciden en que no hay una carrera armamentista en la región y que las compras multimillonarias de material bélico de Venezuela, Chile y Brasil tienen que ver con la renovación apenas normal de sus equipos, aprovechando que los precios del petróleo y el cobre les han dejado ganancias generosas. "Venezuela necesita renovar su parque y para eso debe encontrar mercados que se lo permitan... sería de extrañar que renovara su material bélico con Estados Unidos", dice Hector Saint Pierre, coordinador del Grupo de Estudios de Defensa y Seguridad de la Universidad Estatal Paulista, del Brasil.
Pero la gran diferencia entre los gobiernos , Chile, Colombia y el de Chávez, es que este sí está montado en una hipótesis de guerra con Colombia y en un plan de propagación ideológica de corte marxista que desea imponerle a todos los pueblos de América Latina.
Chávez ha dicho que uno de sus aviones Sukhoi podría llegar a Bogotá en 20 minutos, así, un escenario de guerra directa entre los dos países es solo por ahora improbable. En primer lugar porque existen mecanismos diplomáticos que se pueden activar si se profundiza la crisis, y en ese sentido un incidente bélico no es remoto, si ocurriera desembocaría en una guerra fácilmente, pero de baja intensidad. La diplomacia y sus grandes maquinarias, Brasil y EEUU, estarían encima para evitar una escalada, según los analistas. Segundo, porque a pesar de que Chávez es un caudillo, ni las Fuerzas Militares ni muchos sectores económicos y políticos del país lo acompañarían en una aventura militar. Tercero, porque en la región hay más un juego disuasivo que una vocación de guerra.
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Aun así, el armamentismo de Chávez sí constituye un grave riesgo para la seguridad nacional de Colombia. No sólo por el desequilibrio militar en armas para una guerra internacional (misiles, aviones, fragatas submarinos, etcétera.) sino por la probabilidad de que algunas de las tantas armas que le están llegando terminen en manos de la guerrilla. "El reciente caso de las armas suecas importadas por Venezuela, pero en manos de las Farc, es un antecedente claro y concreto, de allí que se vea como más peligrosas las compras de Venezuela que las de Brasil, aun cuando las de este último país sean más caras", dice Carina Solmirano, investigadora del Instituto de Estudios sobre la Paz (Sipri) de Estocolmo.
En el computador de 'Reyes' los organismos judiciales y de inteligencia encontraron abundante evidencia, que ha sido publicada en medios de comunicación, de que algunos funcionarios vinculados al gobierno y las Fuerzas Militares de Venezuela han servido como intermediarios entre las Farc y traficantes de armas. Especialmente que la guerrilla ha acudido a ellos para buscar los misiles tierra-aire que tanto aspiran a conseguir y que según palabras de 'Tirofijo' y de 'Alfonso Cano', le darían un giro a la guerra. Si bien estas armas difícilmente revertirían la tendencia de derrota militar de la guerrilla -más basada en el control territorial que ha ganado el Estado que en la disminución de la capacidad militar de las Farc- sí podrían ser usadas en acciones terroristas y un clima muy adverso en materia de seguridad y tranquilidad ciudadana.
Pero el tema no son sólo los misiles sino globalmente la actitud de Venezuela. Una cosa es que el presidente colombiano Alvaro Uribe y Chávez encarnen proyectos ideológicos diametralmente diferentes, y dos concepciones antagónicas de sus relaciones internacionales, y otra que Venezuela se convierta, en un santuario para los grupos armados terroristas, como Hezbollah, ETA, Sendero Luminoso y todo otro grupo latinoamericano de corte militar subversivo, y el narcotráfico a gran escala, especialmente los que tienen profundas identidades con la revolución bolivariana.
La encrucijada es grande porque Colombia lleva más de siete años en una ofensiva envolvente y continuada contra la retaguardia de las Farc. Ha capturado o dado de baja a importantes líderes, desarticulado frentes y recuperado territorio. Pero las fronteras, especialmente con Venezuela y Ecuador, se han convertido en una válvula de escape donde los guerrilleros toman oxígeno, logran rea abastecerse y, eventualmente, hasta cobrar fuerzas para prolongar la guerra. Lo que está en juego, según el gobierno, es la posibilidad de ponerle fin a la larga lucha insurgente del país. " A estas alturas, el fin del conflicto colombiano depende ante todo de que Venezuela deje de apoyar a las Farc. Eso es lo que tiene que entender Unasur", dice Sergio Jaramillo, viceministro de Defensa.
Porque Chávez conoce este razonamiento es que se ha sentido profundamente amenazado con el acuerdo de cooperación que están firmando Colombia y Estados Unidos para el uso de siete bases militares colombianas en operaciones contra el narcotráfico y el terrorismo. No tanto porque desde allí vaya a ser vigilado por "el imperio", pues Estados Unidos tiene suficiente tecnología para vigilar a Chávez, si es que quiere hacerlo, desde el espacio satelital o desde Miami o desde sus portaaviones en aguas internacionales.
Más bien el efecto que sí tienen las bases es disuasivo. Primero, porque el mensaje que se está dando es que, si Chávez se quiere meter en una aventura bélica, Colombia -que no tiene armas sofisticadas para defenderse- tendría el respaldo de EEUU. Segundo, que si el gobierno de Venezuela sigue jugando con fuego respecto a las Farc, puede terminar convirtiéndose en un país paria. No en vano y a nivel internacional extra América Latina, ya comparan a la Venezuela de hoy con lo que fue la Libia de Gaddafi en los años 70, convirtiéndose la Venezuela de Chávez claramente en un santuario de grupos rebeldes y terroristas.
Las cosas parecen estar cambiando en América Latina. Las bases con presencia de militares estadounidenses, el desbocado armamentismo de Chávez, las estrechas relaciones de Venezuela e Irán, y la tensa situación ideológica y política que se ha visto en Unasur pueden ser el síntoma de que se está inaugurando una etapa inédita y desconocida para América del Sur, el subcontinente más pacífico del mundo, cuya historia de conflictos es mínima, y que en realidad no se ha involucrado en las grandes confrontaciones geoestratégicas. "Hay síntomas de que Chávez puede tener una estrategia de largo plazo para fortalecer a Venezuela como una suerte de pivote de la política antinorteamericana en América Latina", dice Alfredo Rangel, director de la Fundación Seguridad y Democracia, quien ve a Irán como el país que pugna por un nuevo orden mundial.
No sería la primera vez que naciones poderosas usan a terceros países como escenarios de provocación y confrontación. Como lo fue Cuba en los años 60 y Vietnam en los 70, obviamente en un contexto histórico diferente, como era el de la Guerra Fría.
En este momento, es un cóctel demasiado explosivo la mezcla de armas ofensivas de largo alcance adquiridas por Chávez, una crisis política regional causada por la sensación de inseguridad que les asiste a las naciones pro Chávez del ALBA y de pasado izquierdistas, debido a las bases de Estados Unidos en Colombia, Irán buscando una cabeza de playa en Sudamérica y en medio de todo unas Farc que buscan desesperadamente poder de fuego para revertir su derrota.
Por eso Chávez no puede ser mirado ya como parte del pintoresco paisaje tropical.

RUSIA MODERNIZARA ARSENAL MILITAR DE CUBA

El Gobierno Ruso ayudará a modernizar el arsenal militar de origen soviético de las Fuerzas Armadas de Cuba y a la formación de especialistas en centros docentes militares, afirmó el jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas rusas, general de Ejército Nikolai Makarov.

"Al analizar el estado del material bélico (suministrado a Cuba por la URSS), los expertos definieron las medidas a adoptar para mantener en el debido nivel el potencial defensivo del país", dijo el general a periodistas rusos en La Habana y prometió "realizar todos los suministros que sean necesarios".
Sin embargo, declinó especificar que sistemas o materiales serán modernizados o si existe la posibilidad de que La Habana adquiera nuevo armamento.
Makarov indicó que la parte cubana también solicitó asistencia en materia de capacitación de especialistas, ante todo militares. Según el general ruso, "esa petición será cumplida", informó la agencia de noticias RIA/Novosti.
El jefe del Estado Mayor General ruso resaltó que la cooperación militar entre Rusia y Cuba no debe afecta a terceros países. "Los contactos que se realizan buscan restablecer las relaciones de amistad que existían entre los dos países hasta principios de los años noventa", precisó.
"Ha llegado el momento de ayudar al pueblo amigo en su desarrollo, en especial, en el plano socioeconómico", enfatizó Makarov.
El general ruso también informó de que buques de guerra rusos volverán a visitar próximamente la isla en el marco de la cooperación militar bilateral vigente.
El general Makarov llegó a Cuba en visita el pasado lunes para una visita de cuatro días y fue recibido por el presidente cubano, Raúl Castro, y mantuvo varias reuniones con el viceministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba (FAR) y jefe de su Estado Mayor, general Álvaro López Miera.
Makarov, quien cumple una invitación del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Minfar), visitó, asimismo, la sede del Minfar, unidades militares e instituciones docentes del Ejército cubano y el memorial al combatiente internacionalista soviético.
Los dos países iniciaron en 2005 un proceso de recomposición de sus relaciones y en diciembre pasado los presidentes Dimitri Medvedev (Rusia) y Raúl Castro (Cuba) se reunieron en La Habana para relanzar relaciones bilaterales en todas las esferas, incluida la militar. El mandatario cubano visitó Moscú en enero.
En diciembre de 2008 pasado, visitó La Habana una escuadra naval rusa integrada por el buque antisubmarino "Almirante Chabanenko" y dos navíos de apoyo como una muestra del impulso de la nueva cooperación entre ambos países en material militar.
Posteriormente, en agosto pasado, un remolcador, de la Flota Norte de la Marina de Guerra Rusa, también estuvo en Cuba, cuando se realizaba un patrullaje de submarinos rusos cerca de la costa de Estados Unidos.

EMBAJADOR PERUANO HACE DESAIRE EN PARADA MILITAR CHILENA

Durante la Gran Parada Militar del Ejército de Chile, realizada el 19 de septiembre, el embajador de Perú, Carlos Pareja, se ausento de su aposentaduría por largos minutos, sin explicación alguna. Precisamente en los momentos en que el locutor oficial del evento hacía anuncio de la presentación del Batallón de Infantería N°4 "Rancagua", con asiento en la ciudad de Arica y la Batería de Artillería Tradicional del regimiento de Artillería N° 1, "Tacna". El que incluyo un pelotón de soldados vestidos con el uniforme de campaña usado durante la Guerra del Pacifico. Ambas ciudades, Arica y Tacna, fueron perdidas por Perú durante el conflicto del siglo 19.
Al embajador peruano en todo momento se le vio molesto y permanentemente conversando por teléfono. Poniéndose de pie y ausentándose por largo tiempo, mientras duro la presentación de la unidades citadas.
Pareja debió hacer frente a los periodistas que cubrían la actividad, producto no solo de las últimas declaraciones de su ministro de defensa, quien llamo a Chile a suspender el ejercicio militar "Salitre 2009", a realizarse en conjunto con las Fuerzas Aéreas e EEUU, Francia, Brasil, Argentina y Chile que se basa en la hipotesis de una accion conjunta mandatada por la ONU, para expulsar de territorio y mar chileno a un país agresor que no ha respetado los tratados internacionales de limites y fronteras. Si no también por la ausencia de personeros militares peruanos que se retiraron antes de tiempo en el homenaje a Bernardo O'Higgins que realizó ayer la embajada chilena en Lima.
En tanto, Pareja confirmó esta mañana a las autoridades en Santiago que asistiría al desfile militar, pese a comunicar el viernes que se marginaría del acto.
Al termino oficial de la Parada Militar y cuando las autoridades e invitados extranjeros recién se comenzaban a levantar de sus asientos, El embajador Pareja ya no se encontraba.